Iglesias bautistas históricas hispanas de Texas perseveran y se adaptan

Alicia Laurel y los niños de su clase posan en frente del primer edificio de ladrillo construido por la Primera Iglesia Bautista de Laredo. La iglesia remonta su comienzo a 1883. (Foto de Cortesía)

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Distancia geográfica separa a tres iglesias hispanas bautistas de Texas que fueron establecidas en el siglo 19, pero el compromiso que comparten en hacer los ajustes necesarios para alcanzar a más para Cristo une a las congregaciones en Laredo, San Antonio y El Paso.

Las iglesias se tienen que “mover con el tiempo sin rebajar el mensaje del evangelio,” dijo Dorso Maciel, pastor de la Primera Iglesia Bautista de Laredo.

Comienzos del trabajo hispano bautista en Texas

La congregación en la que Maciel sirve fue fundada como la Primera Iglesia Bautista Mexicana de Laredo 47 años después de que Texas se independizara de México en 1836.

En 1980, Leo Samaniego—entonces pastor de la Primera Iglesia Bautista de Laredo—remueve una placa para exponer una cápsula del tiempo que la iglesia puso en su edificio en 1946 con el pastor Andrés Cavazos. (Foto de Cortesía)

En un documento para marcar el centenario de la iglesia, la congregación de Laredo da a entender que el nombre “Mexicana,” fue escogido por una congregación en la que la gran mayoría de sus miembros eran de ciudadanía americana pero que tenían orgullo y reconocían “sus raíces mexicanas.”

En los 1800s, las misiones de la Convención Bautista del Sur (SBC, por sus siglas en inglés) a México también incluía el sur de Texas. En 1880, la junta de misiones foráneas de SBC comisionó a John Westrup como misionero. Junto a su hermano Thomas, los Westrups sirvieron en México y en Texas.

Un año después de que John Westrup comenzara el trabajo bautista en Laredo, fue asesinado mientras viajaba para predicar en Musquiz, Coahuila, México. Thomas Westrup continúo el trabajo, y la Primera Iglesia Bautista de Laredo fue establecida en 1883.

Cinco años después y más de 150 millas al norte, la Primera Iglesia Bautista de San Antonio fue establecida. Manuel Treviño, quien previamente fue diácono en la iglesia metodista, fue ordenado al ministerio y luego nombrado pastor tres meses después. Durante su tiempo en San Antonio, Treviño ayudó a empezar otras iglesias y entre ellas la Primera Iglesia Bautista de San Angelo.

Diferentes reportes

Reportes históricos dan diferentes datos sobre cómo empezó el trabajo bautista en El Paso.

La Primera Iglesia Batista de El Paso trabajó muy duro para ministrar a su comunidad en los 60s. Para los 80s y 90s, cerca de 500 personas asistían a los servicios dominicales. (Foto de Cortesía)

En su libro de 1981, A History of Mexican Baptists in Texas, Joshua Grijalva reportó que Alejandro Marshand—un ex cura católico—quien previamente también sirvió como pastor de una misión metodista en El Paso; en un estudio bíblico con el pastor de Second Baptist Church, una congregación afro-americana, Marshand se convenció de que la perspectiva bautista acerca del bautismo y la cena del Señor eran más parecidas a lo que dicen  las Escrituras.


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Marshand predicó sus nuevas convicciones en la misión metodista y luego anunció que predicaría por última vez como un ministro metodista. El pastor de Second Baptist Church bautizó a Marshand en el Rio Bravo en julio de 1892 junto con otras 28 personas, quienes formaron la Primera Iglesia Bautista Mexicana de El Paso, Grijalva escribió.

Otras fuentes hablan del pastor Alejandro Marchand y dicen que no era metodista si no parte de la iglesia presbiteriana. Otros cuestionan si verdaderamente se hizo bautista, y los reportes varían sobre el tiempo que él estuvo como pastor de la Primera Iglesia Bautista de El Paso.

A comienzos del siglo 20, había nueve iglesias bautistas hispanas en Texas y ellas tenían un total de 360 miembros. Las iglesias se encontraban desde El Paso a Floresville y desde San Antonio a Laredo, Juan Martinez explicó en su libro, Los Evangélicos: Portraits of Latino Protestanism in the United States.

En 1910, representantes de las iglesias se reunieron en San Antonio para formar la Convención Mexicana Bautista de Texas, la cual ahora se llama Convención Bautista Hispana de Texas.

Iglesias pioneras perseveraron

Aunque se encontraron con obstáculos sociales y financieros, las iglesias bautistas hispanas perseveraron, y para los años 40s, comenzaron a servir con ministerios importantes como el Mexican Children’s Home y el Instituto Bautista Bíblico Mexicano, que ahora es conocido como Baptist University of the Américas.

Las iglesias pioneras en Laredo, San Antonio y El Paso dan testimonio del trabajo que Dios hace en Texas por medio de hispanos, dijo Maciel.

De sus 60 años de experiencia como pastor, Maciel ha servido 27 años en la Primera Iglesia Bautista de Laredo.

Un cambio que él ha observado es el crecimiento de ministerios multiculturales. Como muchas otras iglesias hispanas, la Primera en Laredo responde a las necesidades de las generaciones jóvenes que crecieron en los Estado Unidos y que tienen un trasfondo en el que se juntan varias culturas.

Así como los hispanos han aprendido a florecer en un ambiente foráneo, las iglesias también se dan cuenta que se necesitan adaptar a más que una cultura para alcanzar a las siguientes generaciones hispanas, él agregó.

Las personas de diferentes niveles económicos y educativos—así como aquellas de diferentes preferencias en idioma—tienen que encontrar un lugar para reunirse  bajo el nombre de Cristo en la iglesia, Maciel dijo.

Por eso, él lamenta el espíritu de competición que muchas iglesias eligen al buscar su propio beneficio y no el crecimiento del reino de Dios.

“Todos van por el mismo pez,” Maciel dijo.

Moviéndose y adaptándose

Alfonso Flores ha pastoreado la Primera Iglesia Bautista de San Antonio por 29 años. Durante su tiempo ahí, la iglesia creció y se tuvo que mudar a otro edificio en el 2000, de Alamo Street a lo que antes era el edifico de Manor Baptist Church en Meredith Drive.

Cuando Manor Baptist estaba declinando en membresía, los líderes de la iglesia contactaron a Flores y le ofrecieron la propiedad—la cual tenía un valor de $1.1 millones—a la Primera de San Antonio por $350,000.

“Lo vimos como una bendición del Señor,” dijo Flores.

La Primera ofrece dos servicios a la semana—uno en español y el otro en inglés. Flores dice que el ministerio bilingüe es esencial.

“Es vital, creo yo. Es indispensable si tú vives en Texas, donde el idioma es el inglés,” él dijo. “Tenemos que mantenernos al corriente y ministrar a las generaciones jóvenes. Aun muchos adultos ahora prefieren el inglés.”

Las iglesias hispanas también tienen que saber cómo comunicarse en una cultura contextualizada, agregó Flores. Eso requiere que los ministros se mantengan al tanto de los cambios en la sociedad.

Alcanzando las siguientes generaciones

En el caso de la Primera de San Antonio, eso requiere conectar con jóvenes hispanos que vienen de un pasado católico y que han dejado atrás la iglesia de sus padres.

Una manera importante de hacer eso es por medio de un interés común y al establecer relaciones personales para que aquellos que se han distanciado de la religión vean a Cristo en las vidas de los creyentes, Flores explicó.

El pastor Josué Trejo llegó a la Primera de El Paso en mayo. Originario de México, Trejo se mudó a Texas con sus padres y creció en el Rio Grande Valley.

En los 80s y  90s, la congregación de El Paso tuvo sus años de oro al ver su membresía alcanzar más de 500 persona, Trejo dijo.

“Ahora la comunidad hispana es muy fuerte aquí, pero las nuevas generaciones presentan nuevos retos para la iglesia,” Trejo dijo. “Las maneras en las que generaciones jóvenes perciben el rol de la iglesia es diferente.”

Los hispanos continúan siendo la mayoría en El Paso, y por muchos años, la Primera fue la única iglesia bautista en la comunidad. Trejo notó. Ahora, él dijo, está contento que otras congregaciones fuertes como Del Sol Church puedan ministrar a aquellos con los que la Primera no tiene contacto.

Como los otros pastores en Laredo y San Antonio, Trejo cree que alcanzar a la siguiente generación hispana depende fundamentalmente en predicar la palabra de Dios.

Los estilos de alabanza cambian, así que la iglesia sólo debe encontrar su identidad en Cristo, Trejo insistió.

“Tenemos que crear un ambiente donde las personas puedan hacer diferentes preguntas acerca de la fe.” Trejo dijo. “La gente tenía hambre por la palabra de Dios, y sigue teniendo hambre por la palabra.”

Mientras se anclan en la Biblia, los ministros nunca deben cerrarse al cambio. Los pastores deben de ser versátiles, porque ellos están involucrados en las vidas de todo tipo de personas, él agregó.

“Siempre habrá algo que necesita cambiar, algo que necesita mejorar,” Trejo dijo. “Pero el cambio tiene que venir de la voluntad de Dios. Ese es el único cambio que bendecirá a la iglesia.”

Llamado al compromiso

Viendo hacia el futuro, las iglesias hispanas bautistas de Texas necesitan llenarse de creyentes que comprometan sus vidas completamente a servir a Cristo donde están, Trejo dijo.

Los cristianos comprometidos deben de obedecer el llamado de Cristo a hacer discípulos, Flores mencionó.

“El éxito en una iglesia se ve cuando la iglesia se compromete con Cristo y a cumplir la gran comisión,” Flores dijo. “Tenemos que predicar esto cada día. La prioridad de nuestra predicación debe ser cumplir la gran comisión.”

Seguramente, el futuro de Texas continuará con más y más hispanos, Maciel remarcó. Por esa razón, las iglesias de Texas deben de continuar prestando atención a las necesidades de sus comunidades, él dijo.

Mientras que proveer para esas necesidades requiere el uso de recursos, la historia de la iglesia demuestra que Dios siempre provee, Trejo añadió.

“Aunque la iglesia ha pasado por muchos cambios y dificultades, yo sé que Dios tiene un plan para nosotros y por eso seguimos aquí,” Trejo añadió. “Eso me muestra que Dios no ha terminado de trabajar con la comunidad hispana.”


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