Momento Oportuno para Ministrar a Inmigrantes

Worshippers gather at Iglesia Bautista Azle Avenue in Fort Worth. (Photo / Isa Torres)

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En un momento cuando inmigrantes indocumentados en los Estados Unidos viven con un creciente temor e incertidumbre, existen ministerios que buscan ayudarlos a obtener un estatus legal y dar mejores oportunidades a familias para que permanezcan unidas.

Desde su comienzo en el 2013, el Proyecto ISAAC de la Convención Bautista de Texas y de la Universidad Bautista de las Américas ha tenido como meta dar su ayuda para mantener unidas a las familias.

“Ser un cristiano significa amar a otros,” dijo Jesús Romero, director del Proyecto ISAAC. “Y el amar a otros nos debe llevar a representar y defender a quienes están más desprotegidos.”

El Proyecto ISAAC prepara a las iglesias a ofrecer un paquete de ministerios—proveer clases de inglés y ciudadanía, dar ayuda para llenar formas de inmigración y guiar a las personas en el proceso de obtener un estatus legal.

Para marzo o abril del año que viene, Romero no solo va a poder ayudar a personas llenar los documentos de inmigración, pero podrá también representar a sus clientes en las sesiones de corte por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés).

El proceso para ser un representante acreditado reconocido por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos puede tomar mucho tiempo.

Cada junio, el Proyecto ISAAC ofrece un entrenamiento de 40 horas, el cual cuesta $600—este es el primer paso para los que buscan ser representantes acreditados.

Romero buscó la ayuda de abogados de San Antonio para que pudieran dar estos entrenamientos.

Después de estos entrenamientos en San Antonio, cada persona debe de buscar un abogado de inmigración para que le pueda orientar y permitir practicar bajo su supervisión.


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Para Solís, el pastor de la Iglesia Bautista Azle Avenue en Fort Worth y el fundador del ministerio Vida Nueva, esto le llevó alrededor de 70 horas de práctica bajo la organización World Relief. Ahí, él aprendió acerca de los documentos requeridos y el proceso necesario para llenarlos.

Romero reconoce que los costos y el proceso para que las iglesias estén involucradas pueden desanimar a muchos. Y aunque varias personas fuera de Texas, y algunos que nos son bautistas, han recibido este entrenamiento de parte del Proyecto ISAAC, en este momento solamente hay cinco entidades Bautistas que son reconocidas y acreditadas en el estado de Texas.

“Es un ministerio que requiere mucho sacrificio,” dijo Romero. “Pero es algo que si se puede hacer, y que definitivamente vale la pena.”

El programa está creciendo, dice Romero, pero siempre hay algo más que hacer. Tener fondos para becas ayudaría a que más iglesias fueran parte de este servicio. Iglesias que son en su mayoría anglas necesitan ver la realidad de este problema con las leyes migratorias. Romero también dice que las iglesias hispanas tienen que buscar poder ofrecer más clases de inglés y de ciudadanía.

Por 10 años, la iglesia Crossing Baptist Church en Mesquite ha ofrecido clases de inglés, y desde hace cuatro años, la congregación provee clases de ciudadanía.

Ahora, cada domingo la asistencia en Crossing Baptist es un tercio hispana, otro tercio es africana o afro-americana, y el otro tercio angla.

Al principio, algunos miembros se preguntaban cómo ellos podrían enseñar inglés a los estudiantes que no hablan inglés. Pero hoy se dan cuenta que tienen la habilidad más importante para enseñar inglés—la cual es hablar y escribir inglés.

Scott Collins, miembro de Crossing Baptist, ha estado involucrado en este ministerio, y él ha visto como varios estudiantes consiguieron su ciudadanía y con ella, la oportunidad de mejorar sus futuros.

“No se trata de lo que uno saque de esto, pero lo que uno dé,” dijo Collins. “Yo puedo experimentar el gozo y la satisfacción con ellos.”

Antes de empezar el ministerio, a varios miembros de la iglesia les preocupaba ser acusados de ayudar a personas que no tenían las mejores intenciones, recordó Collins. Pero ahora ellos ven esto como una oportunidad misionera.

“Ministros han dicho por más de 50 años que el mundo va a venir aquí,” dijo Collins. “Ahora eso ha pasado finalmente.”

 


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