Estudiantes latinos tienen éxito en su posgrado con el apoyo de la Iniciativa Teológica Hispana

  |  Source: Faith & Leadership

Melissa Pagán y Kenia Vanessa Rodríguez se toman una foto mientras Keo Cavaltanti y su esposa Beth conversan con una amiga. Amigas y colegas, se conocieron el 19 de noviembre en la celebración del 25 aniversario de la Iniciativa Teológica Hispana en el Centro de la Catedral de San Fernando en San Antonio, Texas. La celebración fue híbrida e incluyó reuniones en otras ciudades también. (Fotos de Vincent Gonzalez.)

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La Rev. Dra. Loida I. Martell recuerda un momento crítico de vida o muerte que enfrentó mientras realizaba un doctorado en teología de la Universidad de Fordham.

El consejero de posgrado de Martell había rechazado repetidamente su propuesta de investigación de tesis. La demora amenazaba con estropear una beca que le había sido otorgada a Martell por la Iniciativa Teológica Hispana (HTI, por sus siglas en inglés) para completar su tesis.

“Siguió poniendo obstáculos”, dijo Martell sobre su asesor. Estaba frustrada y consternada porque sus planes de convertirse en profesora de teología a nivel universitario estaban fracasando.

Fue entonces cuando Martell se enteró de que HTI hacía más que otorgar ayuda financiera a los estudiantes de posgrado hispanos. Los académicos de HTI defendieron su propuesta de investigación, presionando a los funcionarios de Fordham hasta que revisaron su propuesta nuevamente.

Fue aprobada.

Martell obtuvo su Ph.D. en 2005 y actualmente es vicepresidenta de asuntos académicos y decana del Seminario Teológico de Lexington en Lexington, Kentucky. Martell, quien es ministra bautista ordenada y veterinaria, fue pionera en el estudio de la teología evangélica.

“Si no hubiera sido por HTI, no estoy segura de haber podido completar el programa”, dijo Martell. “Aquí estoy hoy, profesora titular y decana”.

Triunfar en conjunto

Según todos los informes, obtener un título de doctorado en los EE. UU. puede ser arduo, lento y agotador desde el punto de vista financiero. En algunos campos, como el Ph.D. [nivel más alto de doctorado religioso], el promedio de finalización puede ser inferior al 50 por ciento, según el Consejo de Educación de Posgrado.

João Chaves, subdirector de programación de HTI, da la bienvenida al podio al Rev. Carlos Velázquez, de la Catedral de San Fernando. La reunión incluyó una hora social y un programa corto.

Sin embargo, la HTI, que celebra su 25 aniversario este año, ha estado ampliando las filas de latinos con doctorados en religión y teología. La iniciativa cuenta con una tasa de finalización del 93 por ciento, con estudiantes que terminan en un promedio de 5,5 años. En octubre, su consorcio colaborativo, integrado por 24 instituciones de educación superior teológica, celebró su graduación número 150.


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Lilly Endowment Inc., en su informe anual de 2020, señaló la importancia de ampliar el número de profesores teológicos latinos, cuya representación en las escuelas teológicas estadounidenses es actualmente inferior al 5%.

Sin embargo, ya en 2012, la Asociación de Escuelas Teológicas (ATS, por sus siglas en inglés) informó que los estudiantes de color representaban más de un tercio de la matrícula total en las escuelas que son parte de la ATS; un aumento del 55% durante un período de 20 años.

Con ese crecimiento y “con la composición racial o étnica de la población general de EE. UU., proyectada para crecer hasta alcanzar el estatus de mayoría para 2040, esta tendencia justifica una respuesta reflexiva para garantizar que las escuelas, y sus graduados, tengan la capacidad de servir a un mundo cada vez más multirracial y multicultural”, decía el informe de la  ATS.

David Nirenberg, decano de la Escuela de Divinidad de la Universidad de Chicago, dijo en un video de aniversario en las redes sociales que HTI está abordando esta brecha apoyando a nuevos y jóvenes académicos de diversas maneras.

“HTI ha pensado en…cómo proporcionar a los estudiantes no solo las finanzas, no solo la ayuda editorial, la ayuda integral, [sino] también las redes, lo espiritual y lo familiar”, dijo Nirenberg. “Es por eso que tantos estudiantes de HTI hablan de ‘la familia’”.

La iniciativa rodea y apoya a los estudiantes desde el comienzo de su educación de posgrado hasta sus primeras experiencias laborales. Lo que HTI ofrece ahora incluye becas, tutoría, asistencia editorial, una conferencia de desarrollo profesional y fondos para la creación de redes. Una vez que los graduados son contratados, reciben apoyo cuando comienzan sus primeros puestos. Y un nuevo programa apoya a las mujeres que aspiran al liderazgo.

HTI también ha establecido un blog público de teología, una revista bilingüe revisada por colegas, un premio a un libro, una colección de disertaciones y otros recursos. [Entre las disertaciones está la de Martell: Liberating News: An Emerging U.S. Hispanic/Latina Soteriology of the Crossroads (Noticias liberadoras: Una emergente soteriología de las encrucijadas entre las hispanas y/o latinas en los EE. UU.]

Los exalumnos de HTI ahora se pueden encontrar en todos los niveles de educación superior teológica, en todas las denominaciones y más allá de los miembros del consorcio, dijo Joanne Rodríguez, directora ejecutiva de HTI.

“Tenemos académicos que ahora son presidentes de instituciones académicas, decanos, profesores titulares y profesores de tiempo completo”, dijo.

HTI cuenta con esos mismos exalumnos para ejecutar la parte del programa que casi todos describen como el “corazón del esfuerzo”: la tutoría.

Los académicos séniores ayudan a los estudiantes a navegar los programas de doctorado, incluida la colaboración con los asesores de doctorado de los estudiantes y para abogar por ellos cuando sea necesario.

Los estudiantes que se inscriben en el primer, segundo o tercer año (el año del examen integral) de estudio son puestos con mentores durante un máximo de tres años, y muchos han desarrollado fuertes vínculos personales y profesionales.

En un podcast reciente de HTI, la estudiante de Ph.D. Victoria Pérez Rivera agradeció a su mentora, la profesora adjunta del Seminario Fuller Sophia A. Magallanes.

“Por primera vez, me vi a mí misma; vi lo que podría llegar a ser algún día”, dijo Rivera. “La tutoría de muchos de nosotros ha jugado un papel fundamental en nuestras vidas, especialmente en la mía”.

Los líderes de HTI dicen que la organización lleva la tutoría a un nuevo nivel al crear una comunidad de académicos que trabajan juntos —un enfoque que llaman “en conjunto”—, para garantizar el éxito de cada graduado.

La teología en la comunidad latina se hace con un espíritu colaborativo, dijo Martell. “Nadie es insignificante; nadie es silenciado; nadie es ignorado”.

Se crean nuevos conductos

Las primeras becas de HTI se otorgaron en 1996. Un año antes, HTI había sido lanzada en la Universidad de Emory por un grupo de dedicados académicos latinos en teología.

João Chaves, graduado de HTI y miembro del personal, conversa con Kenia Vanessa Rodríguez (sentada).

Ana María Pineda, teóloga de la Universidad de Santa Clara, fue una de esas pioneras. El grupo, dijo, tenía motivos para hacer algo debido a la falta de teólogos latinos.

“Los conductos era pequeños en ese entonces”, dijo Pineda, quien copresidió un comité con el renombrado historiador de la Iglesia Justo González, autor del histórico estudio de 1988 La educación teológica de los hispanos.

Fue una de las primeras publicaciones en identificar la necesidad de más profesores latinos en instituciones dedicadas a la educación teológica, junto con una mayor interacción en esas instituciones entre compañeros, teólogos, maestros y académicos latinos.

El comité de Pineda se reunió varias veces, en Chicago y nuevamente en Puerto Rico, dijo, para exponer la visión de HTI. Hizo hincapié en que los miembros del comité querían asegurarse de que los esfuerzos siguieran siendo ecuménicos.

Ellos prepararon un informe — La encuesta nacional de educación teológica hispana/latina— y lo enviaron a Pew Charitable Trusts (Fondos de Caridad Pew), que acordó proporcionar una importante subvención inicial.

Efraín Agosto formó parte del primer comité de selección de becarios de HTI y luego, en 1999, se convirtió en el tercer becario postdoctoral de la misma iniciativa.

Sin mentores u otros latinos para el apoyo colaborativo, dijo Agosto, le tomó una década —de 1985 a 1996—obtener su doctorado en Estudios del Nuevo Testamento de la Universidad de Boston.

“Fue perjudicial para mí tratar de completar el programa esencialmente solo”, dijo Agosto, quien ahora es Profesor Croghan Bicentennial en Estudios Bíblicos y Cristianos Tempranos en Williams College.

Desde entonces, Agosto ha colaborado en proyectos con otros graduados de HTI, incluida la edición de un volumen recopilado en 2018.

“Debido a que HTI ha hecho un trabajo maravilloso al fomentar una comunidad colaborativa para que las personas trabajen en conjunto, hizo más fácil el trabajo cuando se trataba de elaborar un libro como este”, dijo Agosto en una entrevista de Journeys (Jornadas), el boletín de HTI, en 2019.

“Fue fácil unir a las personas para trabajar de manera fructífera, porque teníamos una red y un conjunto de prácticas comunes”.

Martell estuvo de acuerdo.

“Lo que muchos de nosotros experimentamos en nuestras instituciones —la necesidad de luchar con uñas y dientes para ser escuchados y respetados—, nos damos cuenta de que cuando llegamos a HTI, ya no necesitamos luchar más”, dijo. “Estamos en un lugar donde ‘encajamos’ y donde posteriormente funcionamos.

“Pero más que función, donde prosperamos y, por lo tanto, nos convertimos en regalos los unos para los otros y para la comunidad en general”.

El consorcio

A lo largo de los años, el modelo comercial de HTI fue revisada a medida que la organización buscaba una mejor base financiera.

El decano de Duke Divinity School, Edgardo A. Colón-Emeric, visita al profesor del Antiguo Testamento, Pablo Andiñach, mientras una banda toca en el patio.

En 1999, la HTI trasladó su sede al Seminario Teológico de Princeton, y el seminario proporcionó fondos operativos básicos. Rodríguez abrió la oficina como subdirectora; luego se convirtió en directora ejecutiva en 2002.

El consorcio se lanzó en 2007; ahora hay 24 escuelas que son parte del consorcio.

En 2016, Princeton ofreció $100.000 en apoyo anual, y la tarifa de membresía de cada escuela se fijó en $6.500 para el primer estudiante y $3.500 por cada estudiante adicional. Para cubrir el costo total de alrededor de $8.500 por estudiante, el personal comenzó a recaudar fondos enérgicamente y recibió subvenciones de Lilly Endowment Inc., la Fundación Henry Luce, la Fundación W.K. Kellogg y Trinity Church Wall Street.

“Comenzamos a experimentar un crecimiento después de 2016, cuando introdujimos las becas de disertación, financiadas por Lilly”, dijo Rodríguez. En ese momento, había alrededor de 41 estudiantes; el año pasado, HTI alcanzó su nivel más alto de inscripción con 64.

“HTI ha demostrado su valía”, dijo Edgardo A. Colón-Emeric, decano de Duke Divinity School.

En videos en Facebook y Twitter que conmemoran el 25 aniversario de HTI, los líderes de las instituciones del consorcio elogiaron a la organización por su enfoque, tasa de finalización y graduados de alta calidad.

“La cantidad de académicos de HTI que han tenido éxito en obtener puestos de enseñanza ha sido tan notable”, dijo Kah-Jin Jeffrey Kuan, presidente de la Escuela de Teología de Claremont. Señaló que en la última década, siete académicos de HTI de Claremont han encontrado trabajo en el campo.

Nirenberg, de la Universidad de Chicago, dijo que otros en la educación superior que estén realmente interesados ​​en la diversidad, la equidad y la inclusión deberían considerar replicar el enfoque de HTI.

“Este es un modelo que toda institución que se toma en serio la diversidad debe implementar en todos los niveles”, dijo. “Esto es lo que se necesita, en conjunto, esto es lo que se necesita para tener éxito en lo que todos decimos que queremos tener”.

Los próximos 25 años

Frank Yamada, director ejecutivo de la Asociación de Escuelas Teológicas, dijo que HTI ha creado un “espacio seguro” para que los estudiantes latinos de posgrado reciban opiniones de otros sin ser malinterpretados.

HTI ha comenzado a expandir este espacio seguro y su alcance.

En 2019, la organización lanzó Open Plaza (Plaza Abierta), un foro en línea con un blog, un podcast y charlas conversacionales.

“HTI siempre ha sido mucho más que el hecho de graduar a un estudiante; queremos que prosperen y contribuyan al panorama más amplio de la educación teológica y religiosa”, dijo Rodríguez.

La subvención Lilly ayudó a lanzar un programa de pasantías para estudiantes que están en las etapas anteriores a su disertación y otro llamado Orientación Profesional Temprana (o ECO por sus siglas en inglés), que proporciona mentores para ayudar a los graduados de HTI a tener éxito en sus primeros trabajos de enseñanza.

José Francisco Morales Torres, profesor asistente de estudios latinos y religión en el Seminario Teológico de Chicago, es parte del nuevo programa.

“Ahora estoy viviendo mi llamado a enseñar con audacia y coraje, gracias a HTI y su ECO”, escribió en un testimonio en línea. “Estoy eternamente agradecido”.

Tito Madrazo, director del programa en la división de religión de Lilly Endowment Inc., es un graduado más reciente que participa en HTI. Se unió a HTI en 2013 después de que Colón-Emeric, su profesor en Duke Divinity School, lo presentara a la organización.

“Ser parte de la comunidad fue un regalo increíble”, dijo Madrazo, quien se graduó en 2018 con un Th.D. en homilética. “Ayudó a dar forma a mi investigación y me introdujo a mentores sabios, así como a compañeros estudiantes de doctorado con lo que me podía identificar”.

Uno de esos mentores fue Martell, quien “sigue siendo una amiga cercana”, dijo Madrazo. “Como pastor y académico, ella comparte mis compromisos tanto con la iglesia como con la academia. Loida me ayudó a ver la historia más amplia y el panorama de las homilías hispanas/ latinas.

HTI espera tener pronto más latinas como Martell gracias a la beca Lilly. Lilly también está financiando Latinas in Leadership (Latinas en Liderazgo), un programa solo por invitación para ayudar a las mujeres a prepararse para puestos superiores.

Martell está entusiasmada con el esfuerzo de las latinas, porque estima que el número de latinas en puestos de enseñanza de tiempo completo en las escuelas que son parte del ATS es menos de 40.

“Sin embargo, gracias a HTI, estamos avanzando”, dijo Martell.

Este artículo fue traducido y publicado con el permiso de Faith & Leadership: https://faithandleadership.com

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